Carga de las enfermedades mentales en la Región de las Américas (2018)
Los principales resultados del estudio de OPS, publicado en The Burden of Mental Disorders in the Region of the Americas, 2018. Pan American Health Organization. Washington, D.C.: PAHO; 2018.
- Los trastornos mentales, neurológicos específicos y debidos al consumo de sustancias y el suicidio constituyen un subgrupo de enfermedades y afecciones que son una causa importante de discapacidad y mortalidad, y suponen una tercera parte de todos los años perdidos por discapacidad (APD) y una quinta parte de todos los años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) en la Región de las Américas. z Los trastornos depresivos son la principal causa de discapacidad y, cuando se considera la discapacidad junto con la mortalidad, suponen 3,4% del total de AVAD y 7,8% del total de APD. z El segundo subgrupo en importancia abarca los trastornos de ansiedad, con 2,1% y 4,9% del total de AVAD y de APD, respectivamente. La autoagresión y los trastornos por dolor (trastornos somatomorfos con dolor predominante) suponen, respectivamente, 1,6% de los AVAD y 4,7% de los APD. z América del Sur, en general, tiene mayores proporciones de discapacidad debida a enfermedades mentales comunes. En comparación con otras subregiones, Centroamérica tiene una mayor proporción de discapacidad por trastorno bipolar y trastornos de comienzo habitual en la infancia y adolescencia, así como por epilepsia; Estados Unidos y Canadá sufren una carga elevada de discapacidad por esquizofrenia y demencia, y por las tasas abrumadoras de trastornos debidos al consumo de opioides. z Existe una correlación entre la respuesta del sistema de salud al reto de las enfermedades mentales y los ingresos nacionales. Los países de ingresos mayores gastan en los servicios de salud mental una proporción superior de sus presupuestos de salud, y parecen asignar sus gastos de forma más eficiente, alejándose de los hospitales neuropsiquiátricos y tomando como base la integración de la salud mental en la atención primaria y los recursos comunitarios. Por el contrario, los entornos de ingresos menores parecen agravar su falta de recursos al asignarlos a hospitales neuropsiquiátricos especializados en lugar de financiar servicios comunitarios de salud mental. z El desequilibrio entre la carga total causada por trastornos mentales y el gasto total en salud asignado a la salud mental provoca una brecha entre la carga y el gasto de 3 veces en los países de altos ingresos a 435 veces en los países de bajos ingresos, con una mediana regional de 34. z A pesar de las limitaciones que afectan a los presupuestos de salud mental en la Región de las Américas, hay un margen considerable para hacer mejoras sustanciales y, a la vez, priorizar el financiamiento de los servicios de salud mental comunitarios.
- Los trastornos mentales, neurológicos específicos y debidos al consumo de sustancias y el suicidio constituyen un subgrupo de enfermedades y afecciones que son una causa importante de discapacidad y mortalidad, y suponen una tercera parte de todos los años perdidos por discapacidad (APD) y una quinta parte de todos los años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) en la Región de las Américas.
- Los trastornos depresivos son la principal causa de discapacidad y, cuando se considera la discapacidad junto con la mortalidad, suponen 3,4% del total de AVAD y 7,8% del total de APD.
- El segundo subgrupo en importancia abarca los trastornos de ansiedad, con 2,1% y 4,9% del total de AVAD y de APD, respectivamente. La autoagresión y los trastornos por dolor (trastornos somatomorfos con dolor predominante) suponen, respectivamente, 1,6% de los AVAD y 4,7% de los APD.
- América del Sur, en general, tiene mayores proporciones de discapacidad debida a enfermedades mentales comunes. En comparación con otras subregiones, Centroamérica tiene una mayor proporción de discapacidad por trastorno bipolar y trastornos de comienzo habitual en la infancia y adolescencia, así como por epilepsia; Estados Unidos y Canadá sufren una carga elevada de discapacidad por esquizofrenia y demencia, y por las tasas abrumadoras de trastornos debidos al consumo de opioides.
- Existe una correlación entre la respuesta del sistema de salud al reto de las enfermedades mentales y los ingresos nacionales. Los países de ingresos mayores gastan en los servicios de salud mental una proporción superior de sus presupuestos de salud, y parecen asignar sus gastos de forma más eficiente, alejándose de los hospitales neuropsiquiátricos y tomando como base la integración de la salud mental en la atención primaria y los recursos comunitarios. Por el contrario, los entornos de ingresos menores parecen agravar su falta de recursos al asignarlos a hospitales neuropsiquiátricos especializados en lugar de financiar servicios comunitarios de salud mental.
- El desequilibrio entre la carga total causada por trastornos mentales y el gasto total en salud asignado a la salud mental provoca una brecha entre la carga y el gasto de 3 veces en los países de altos ingresos a 435 veces en los países de bajos ingresos, con una mediana regional de 34.
- A pesar de las limitaciones que afectan a los presupuestos de salud mental en la Región de las Américas, hay un margen considerable para hacer mejoras sustanciales y, a la vez, priorizar el financiamiento de los servicios de salud mental comunitarios.